z.system – Sistema de facturación, administración y contabilidad para estaciones de servicio – Control de surtidores Gilbarco y Wayne

La suba del dólar de las últimas semanas puede ser determinante en lo que se pagará en surtidores a partir del segundo semestre.

Dos recientes eventos internacionales, y por ende totalmente ajenos a las competencias del Gobierno, pueden ser los detonantes de una nueva suba en los precios locales de los combustibles, a implementarse desde los primeros días de julio: la crisis política de Brasil, que disparó el tipo de cambio en Argentina por encima de los $ 16 por dólar, y el acuerdo alcanzado el pasado jueves por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) para extender por nueve meses el recorte de producción de crudo, que sostuvo en torno a los u$s 50 el precio del barril del hidrocarburo.

Sucede que por el acuerdo para la transición de precios internacionales de la industria hidrocarburífera argentina ?que firmaron las petroleras con el Gobierno a principios de año?, luego de una inusual baja en abril (se redujeron un 0,1% los precios de las naftas y un 2,6% los del gasoil), todo indica que, de mantenerse las actuales tendencias, los combustibles volverán a aumentar en el comienzo del tercer trimestre del año. Esto se debe al nuevo piso que encontró el dólar tras los movimientos de la semana anterior y la posibilidad cierta de que el precio del crudo retorne a los u$s 55 por barril, como en el inicio de 2017.

La baja aplicada en abril, que fue la primera desde enero de 2015 (cuando el kirchnerismo recortó 5% los precios), estuvo motivada, principalmente, por la caída del tipo de cambio -que arrancó el año arriba de los $ 16 por dólar y terminó el primer trimestre en torno a los $ 15,50 por unidad de la moneda norteamericana- y del precio del crudo Brent, que cotiza en Londres y llegó a tocar los u$s 58 por barril en los primeros días de 2017 para luego bajar hasta los u$s 50 por barril en la última semana de marzo.

Pero el audio que compromete al presidente brasileño Michel Temer en un supuesto caso de corrupción generó temor entre ahorristas e inversores, que corrieron a refugiarse en el dólar como activo seguro y derivaron en la devaluación del peso. Por eso, los analistas estiman que el dólar ya no volverá a bajar de $ 16 (ayer cerró a $ 16,20 y la semana pasada marcó su récord histórico en $ 16,41) y, de por sí, la cotización que se analice al momento de tocar los valores de los combustibles, en los primeros días de julio, será mayor que la de referencia en las últimas jornadas de marzo y el primer día hábil de abril.

El artículo 7.2 del texto que suscribieron en enero los ejecutivos de las compañías con al Ministerio de Energía que comanda Juan José Aranguren establece que la revisión de precios tendrá en cuenta: “(i) el precio de crudo en el primer día hábil del mes en que se calcula el presente aumento multiplicado por el Tipo de Cambio de Referencia promedio de los últimos cinco días hábiles del mes anterior al mes en que se calcula el presente aumento, (ii) el precio de crudo en el primer día hábil del trimestre anterior al trimestre en que se calcula el presente aumento multiplicado por el Tipo de Cambio de Referencia promedio de los últimos cinco (5) días hábiles del mes anterior al trimestre anterior al trimestre en que se calcula el presente aumento”.

De esta manera, lo que ocurra en la última semana de junio con el dólar y los valores internacionales del Brent será crucial para determinar los precios locales de los combustibles entre julio y septiembre, que arrastran, indirectamente, a otros precios de la economía.

Por otro lado, el extendido recorte de producción de la OPEP sostendrá los precios del crudo, que rondarán los u$s 55 por barril según la consultora especializada Wood Mackenzie. Para Horacio Cuenca, director de upstream de la compañía para América Latina, “todo lo que corta la OPEP lo vuelve a producir Estados Unidos, pero la disciplina de esos países mejoró un poco la media de precios esperada”.

Por Santiago Spaltro
El Cronista