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El sector del GNC está viviendo una suerte de renacimiento. De estar a un paso de desaparecer, luego de que el entonces ministro de Energía, Juan José Aranguren, le declarara la guerra, ahora viene por la “revancha”.

El salto de precios que experimentaron los combustibles líquidos el último año transformó al gas natural comprimido en la “vedette”.

Los números de organismos públicos como el Ente Nacional Regular del Gas (ENARGAS) y de compañías privadas como Metrogas, confirman esta tendencia: sólo en lo que va del año, el volumen de vehículos que migró del uso de nafta al GNC acumuló un salto del 52% respecto de los primeros 8 meses de 2017.

En agosto último, sin ir más lejos, la conversión totalizó unos 15.800 autos versus los cerca de 8.600 del mismo mes del año pasado. Esto terminó provocando que se hayan generado cuellos de botella y largas demoras en los talleres, una imagen impensada tiempo atrás.

En ese sentido, especialistas consultados reconocieron que por la demanda de equipos, -sobre todo en el interior del país-, comenzaron a dar turnos con plazos de hasta dos semanas.

No solo eso: frente a este nivel de demanda, incluso alertan por el faltante de tubos y accesorios para la instalación de equipos.

“Sobre todo en Córdoba y la provincia de Buenos Aires, los talleres están teniendo tanta demanda que se ven obligados a estirar los plazos para la instalación. También hay demoras en la provisión de insumos”, confirmó Raúl Castellano, referente de CECC, cámara que aglutina a los estacioneros en Córdoba.

Brecha en alza

La renovada preferencia por el GNC tiene sustento en la creciente brecha que hoy separa al metro cúbico (m3) de gas respecto del litro de nafta en términos de precios.

No es para menos: mientras que en puntos clave como Capital Federal el m3 cuesta un promedio de 14 pesos, la unidad de súper está en torno a los 34 pesos.

“Estamos en uno de los momentos de mayor diferencia entre uno y otro combustible. Lo interesante es que el suministro es fluido y que ya no existen problemas para cargar porque más estaciones de servicio pasaron a despachar GNC”, comentó Castellano.

De acuerdo a datos del sector, nunca antes desde que Macri está en el Gobierno el gap fue tan amplio.

Hugo Lamy, titular de CAPEC, la entidad que integra a los productores de equipos de GNC, precisó que la ventaja para el bolsillo salta a la vista:

-Llenar un tubo promedio de GNC -12 m3, 60 litros- sale unos 168 pesos. En cambio, un tanque de 45 litros con el combustible más demandado del país implica desembolsar cercan de 1.500 pesos.

-De acuerdo a especialistas del rubro, con un tubo de 12 metros cúbicos de gas se pueden recorrer más de 120 kilómetros. Es decir que para tener una autonomía de entre 450 a 500 kilómetros se requerirán cuatro cargas, lo que arroja un total de 672 pesos.

-Como contrapartida, el consumo promedio (ciudad y ruta) de un naftero es de 10 kilómetros por cada litro. De modo que para recorrer la misma distancia, cargar el auto con gas demandará un 55% menos.

“Si bien el GNC también ha sufrido aumentos, los mismos se encuentran muy por debajo de lo que subió la nafta” afirmó el empresario.

“Volvimos a los momentos de buena performance después de dos años de baja en la actividad y decisiones de Gobierno que complicaron al rubro. Las primeras medidas de Aranguren en Energía habían producido un castigo que llevó a que el precio del GNC se triplicara, frente a las naftas, que habían variado muy poco. Ese fue el peor momento”, recordó Lamy.

El empresario sostuvo que el contexto más difícil lo vivieron a mediados del año pasado, pero que a partir de ese derrumbe todo lo que siguió fue un crecimiento acelerado hasta estos días.

“Estamos en plena recuperación. Y la realidad es que cada aumento que experimentaron las naftas esto repercutió directamente en la demanda de más conversiones a GNC. Si bien todavía no estamos en el nivel de 2004, el momento de mayor auge, al menos se volvió a crecer con fuerza”, dijo.

El lado “B” de la recuperación que muestra el sector está vinculado con que en algunas ciudades, especialmente del interior, haya faltantes de equipos. Y, frente a una demanda que choca con la oferta, esto provocó una suba en el costo de la instalación.

Al respecto, Marcelo Zanoni, titular de la Cámara de GNC Interior, advirtió que algunos instaladores sufren un importante faltante de insumos para realizar el cambio de uso de combustible.

“Los componentes de acero del tubo y las piezas electrónicas que tienen los equipos son importados. Esos insumos aumentaron 55% en lo que va del año”, declaró.

Costos y amortización

Según Lamy, los costos de instalación de los equipos de GNC oscilan de acuerdo a las características tecnológicas de cada dispositivo. Los más evolucionados corresponden a unidades de quinta generación y, en ese caso, el valor de todo el servicio de colocación ronda los 40.000 pesos.

Hay opciones más baratas: los sistemas de tercera generación cuestan unos 20.000 pesos. Desde CAPEC señalan que los tubos cuentan con una vida útil promedio de 15 años, y que las conversiones suelen ofrecerse con financiación.

Otro dato a tener en cuenta es que, una vez “migrado” el vehículo, la unidad debe someterse a pruebas hidráulicas cada cinco años. El examen implica pagar hoy día hasta 2.000 pesos según la jurisdicción.

Al mismo tiempo, el titular de un vehículo a gas natural comprimido debe abonar 600 pesos al año en concepto de renovación de oblea. Y por las características tecnológicas, los rodados que funcionan bajo ese combustible deben contemplar un cambio de bujías y cables cada 20.000 kilómetros. Todo eso implica destinar hasta 3.000 pesos para mantener el auto en perfectas condiciones de funcionamiento.

En este contexto, los expertos aseguran que aquellos conductores que realizan unos 1.500 kilómetros promedio al mes, en poco más de siete meses estarán amortizando el costo de un equipo de tercera generación. La velocidad de amortización será mayor, lógicamente, cuanto más se utilice el vehículo.

Metrogas hace campaña

Atenta a lo que viene ocurriendo en términos de comercialización del combustible, Metrogas mantiene vigente una campaña con vistas a profundizar el ritmo de las conversiones.

La iniciativa “Pasalo a Gas” destaca los beneficios económicos del GNC, así­ como también pone énfasis en el menor impacto que genera el uso de este combustible, esto último a partir de la reducción de emisiones de gases contaminantes respecto de la nafta.

“En la actualidad, los equipos de GNC de quinta generación son más avanzados y superiores a los anteriores, se puede operar mediante una computadora que toma los parámetros de funcionamiento del vehículo e indicar la cantidad de gas que debe ser inyectada. De esta manera, queda asegurada una regulación precisa de todo el sistema y se garantizan óptimas condiciones del funcionamiento del motor”, señaló la compañía en un comunicado.

A los ojos de Metrogas, el GNC genera un menor impacto en el medioambiente, reduciendo en un 95% la emisión de monóxido de carbono, 25% de dióxido de carbono y 30% de óxidos de nitrógeno.

Por Patricio Eleisegui
iProfesional