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Por la baja del 31% del precio del petróleo en los últimos 50 días, el Gobierno entiende que las condiciones están dadas para la retracción y no un aumento en los surtidores

Después de un año en que los combustibles subieron hasta el 70%, el oxígeno internacional que llega gracias a un descenso de 30% en el lapso de un mes y medio en el precio del petróleo se puede materializar en diciembre en una moderada baja en las naftas y gasoil.

El Gobierno presionará a las refinadoras, con YPF a la cabeza, para que la disminución sea de alrededor de un 10%, algo que la petrolera estatal no está dispuesta a aceptar.

En los próximos días, funcionarios de Hacienda y la Secretaría de Energía intentarán llevarle números a las autoridades de YPF, Shell y Axion (las tres refinadoras que, en conjunto, manejan el 90% del mercado de ventas de combustibles, aunque solo YPF tenga el 55%) para exponer su posición.

La posición oficial es que se aceptó que las empresas aumentaran un 70% sus productos en los primeros once meses del año al ritmo de la suba del crudo (hasta u$s 86 por barril a principios de octubre) y del dólar (hasta $ 42 a fines de septiembre), lo que llevó a que, más allá de las constantes alzas en los surtidores, la brecha entre el precio al público y la paridad de importación llegara hasta 30% en algunos momentos del año.

Las petroleras aseguraban en ese momento que todavía les faltaba aumentar hasta 30% sus productos para alcanzar un equilibrio.

Ahora, en cambio, el precio del petróleo Brent (la referencia para la plaza local; se vende a futuro, para febrero de 2019) bajó en tan solo 50 días hasta los u$s 59 por barril, un 31%. Y el dólar se mantuvo cerca del piso de la banda de no intervención, hasta que el viernes subió a $ 38,50. Es por eso que el Gobierno entiende que están dadas las condiciones para una fuerte retracción en los precios, según publicó Clarín.

“Puede suceder que haya una baja en las naftas, pero definitivamente no será del 10%”, indicaron a El Cronista en una refinadora. “Además, no se trasladó el aumento de los biocombustibles”, agregaron. El 15 de noviembre, cuando Energía oficializó los nuevos precios del biodiesel (para la mezcla con gasoil) y el bioetanol (para el corte con naftas), Hacienda lanzó un comunicado que advertía que “no impactarán en el surtidor” y “las petroleras no tienen ningún margen para aumentar el precio, más bien deberían evaluar la posibilidad de volver a reducirlos”.

Por otro lado, y al margen de esto, el sábado 1° volverán a incrementarse los impuestos internos en los combustibles, esta vez en un 14,1%, por el traslado de la inflación del tercer trimestre (entre julio y septiembre). Así, el litro de nafta se encarecerá $ 0,97 a partir del último mes de 2018. Eso matizará o neutralizará la baja que correspondería aplicar por el valor de la materia prima (el petróleo).

Por otro lado, las autoridades de YPF habían anticipado este mes que la paridad de importación ya se alcanzó en el caso de la nafta súper. Sin embargo, en el sector entienden que otros productos como la nafta premium o ambas variedades de gasoil acumularon un gran retraso desde abril, con lo que no hay lugar para una fuerte baja, como pretende el Gobierno.

Por Santiago Spaltro
El Cronista Comercial