z.system – Sistema de facturación, administración y contabilidad para estaciones de servicio – Control de surtidores Gilbarco y Wayne

La firme decisión del Gobierno de avanzar hacia el déficit primario cero en 2019 mediante un aumento de los impuestos y una reducción del gasto público juega -paradójicamente- en contra del desarrollo de uno de los sectores que más dólares le alcanzaría a la economía en el futuro: la energía, a través de Vaca Muerta.

Según fuentes del sector petrolero, antes de fin de año el Ministerio de Hacienda tomará una medida crucial para la formación de petróleo y gas no convencionales: la limitación de los subsidios a la producción de shale gas, que tendría un tope de entre u$s 650 millones y u$s 700 millones en 2019. De concretarse, dejará afuera de la viabilidad económica a algunos proyectos de desarrollo en la Cuenca Neuquina, que no solo servirán para abastecer al mercado local sino también para exportar y generar divisas.

El principal perjudicado sería Tecpetrol -el brazo petrolero de Techint-. Es que para tener el precio estímulo de u$s 7,50 por millón de BTU (que bajará a u$s 7 en 2019 y 50 centavos de dólar cada año hasta fines de 2021) previsto por la resolución 46/2017 del ex Ministerio de Energía, declaró que produciría hasta 10 millones de metros cúbicos por día (MMm3/d) en Fortín de Piedra; sin embargo, en octubre ya extrajo 11,3 MMm3/d y planea en 2019 llegar hasta unos 17 MMm3/d.

El 70% de esa nueva producción de Tecpetrol quedaría afuera del subsidio, que es el precio que paga el Estado nacional por la diferencia entre u$s 7,50 /MMBTU y el promedio del precio del gas que paga el mercado, en torno a los u$s 4 /MMBTU.

La lógica económica de llegar al equilibrio fiscal para ordenar la macroeconomía, bajar la inflación y atraer a los inversores internacionales parece no encuadrar en las necesidades de la industria petrolera. El camino que eligió el Gobierno para el próximo año implicó el regreso de las retenciones a todas las exportaciones y un recorte en los subsidios a la oferta, que afecta a las empresas con proyectos aprobados para desarrollar hidrocarburos no convencionales en la Cuenca Neuquina.

Son ocho los proyectos aprobados con subsidio. No obstante, algunas empresas aducen que todavía no cobraron “ni un dólar” de subsidio por sus desarrollos de gas.