El objetivo oficial es reducir 5 puntos porcentuales o más los impuestos del sector
Si fuera fin de año y se pudiera pedir un deseo, ¿cuál elegirían las automotrices? Sí, ese. Sin duda. Desde hace varios años hay un reclamo casi obsesivo por parte de las empresas del sector a cada funcionario de turno: reducir la presión impositiva que se aplica sobre los autos. Todo indica que su anhelo va a comenzar a convertirse en realidad.
El presidente Mauricio Macri prometió a fin del año pasado una amplia reforma tributaria para terminar con los impuestos distorsivos. Obviamente, en la industria automotriz están expectantes ante cualquier movimiento. No es para menos. Del precio de lista de un 0 km, el 54,8% son impuestos lo que ubica a la Argentina como uno de los países en los que el Estado se queda con la mayor tajada. El encargado de elaborar el proyecto de reforma global es el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, que en los próximos meses se la presentará a Macri.
El objetivo oficial es reducir 5 puntos porcentuales o más los impuestos del sector. El número no es antojadizo. Tal como está la relación en la actualidad, el Estado es socio mayoritario de un negocio en el que invierten, producen y arriesgan los privados. “Eso es vergonzoso y se va a terminar. Ponelo como título, si querés” dijo un funcionario en alusión a que se llevaría la presión impositiva, al menos, por debajo del 50%. Esa es la meta de mínima a la que se aspira hasta el término del mandato de Macri. Pero se intentará que la reducción sea mayor tratando de acercarse, de manera gradual, al 10%. El problema es que no es un trabajo sencillo ya que la carga impositiva total está compuesta de tributos nacionales, provinciales y municipales. En Brasil la proporción de impuestos sobre el valor de un 0 km debería ser del 30%. En países de Europa ronda el 16%, en Japón el 10% y en Estados Unidos el 7,5%. Pero también se buscará reducir otros costos como el de los patentamientos y transferencias.
El costo fiscal que significará la baja de impuestos se compensaría, según los cálculos que realizan en el Gobierno, por un aumento de las ventas al trasladarse la reducción tributaria a un menor precio al público. Se toma como ejemplo lo sucedido este año en el sector cuando los automotrices aplicaron bonificaciones en los 0 km y la demanda comenzó a crecer.
En ese contexto, el Gobierno convocó a fabricantes, autopartistas y sindicatos para el 8 de junio próximo para comenzar a trabajar en el “Plan Un Millón” en el que la baja de la presión impositiva tendrá un papel clave.
Por Horacio Alonso
Ámbito
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