Señala la caída del precio del petróleo y el dólar estable como motivos para que los combustibles sean más baratos. Las petroleras por ahora no hacen comentarios. La rebaja sería en diciembre
En el Poder Ejecutivo comenzó una negociación discreta, pero tenaz, con las petroleras. El objetivo es lograr un descenso del 10% en el precio de los combustibles, al menos en los “premium”, en el mes de diciembre. En lo que va del año, las naftas de mayor octanaje subieron un 68%. En las estaciones de YPF de Buenos Aires, el litro de ese producto está en $ 44,01, un importe que es superior en el conurbano y en el interior.
“En diciembre corresponde una actualización del impuesto al Carbono. Pero creemos que las petroleras ya alcanzaron el “import-parity” (precio de paridad de importación, contra la que se mide el rendimiento de la producción local) y ahora tienen que bajar los importes en un 10%, al menos en la (nafta) premium”, detallaron desde la Rosada a Clarín. “Las petroleras recurren a importaciones para (la refinación) de premium. Si el precio de las importaciones es el que tienen en cuenta, lo lógico sería que rebajen”, caracterizó un funcionario que pidió no ser mencionado.
En el Poder Ejecutivo sostienen que toleraron la suba de la cotización del petróleo internacional, que llegó hasta US$ 85 a comienzos de octubre. Pero que ahora cambió el escenario y el crudo está en descenso en la zona de los US$ 62 por barril en el caso del Brent, la variedad que se considera en el país.
En el Poder Ejecutivo plantearán estos argumentos a las autoridades de YPF, pero también se los pueden llevar a Axion y Shell, los otros principales jugadores del mercado. De todas formas, la convicción oficial es que YPF tiene un liderazgo de mercado tan significativa que arrastra al resto del mercado.
Hace una semana, cuando se conoció el incremento en los biocombustibles -que tallan en los costo de naftas y gasoil- el Ministerio de Hacienda emitió un comunicado. “Los aumentos de los precios del biodiesel (…) no impactarán en el surtidor. En primer lugar, porque el impacto relativo en los precios de los combustibles sería ínfimo: del 0,2% para el gasoil y del 0,3% en naftas”, señalaron.
En las petroleras todavía no hacen comentarios sobre la postura que les planteará el Poder Ejecutivo. Admiten que la paridad de exportación está cerca o alcanzada con los actuales niveles de precios en las naftas súper, por ejemplo. No obstante, observan que no recompusieron sus ingresos al ritmo de la devaluación.
La cotización del petróleo Brent lleva un 14% de descenso en noviembre. Solo esta semana perdió un 6% y en el acumulado anual (es decir contra la misma fecha de 2017), también hay un retroceso de 1,6%. Como contrapartida, aunque se detuvo la depreciación del peso, el dólar se vendía a $ 17,70 hace un año, menos que la mitad que ahora.
“Los recientes descensos en el tipo de cambio y el precio del petróleo han dejado al importe actual de los combustibles por encima de los precios de frontera (paridades de importación/exportación). Por este motivo las petroleras no tienen ningún margen para aumentar el precio, más bien deberían evaluar la posibilidad de volver a reducirlos”, avisaron desde Hacienda hace una semana.
El secretario de Energía, Javier Iguacel, sostendrá esos argumentos en diálogos con las petroleras, según fuentes oficiales.
En octubre, el despacho de naftas cayó 6% y esa caída fue más pronunciada en las premium, donde fue de dos dígitos. En noviembre, YPF aumentó los precios en un 2,5%, mientras que Raizen (que maneja la marca Shell) y Axion duplicaron y remarcaron entre 5% y 7%. Pero dieron marcha atrás en un lapso breve.
“El mercado demostró una alta sensibilidad a los precios por estos días”, caracterizaron en las estaciones. Es que Raizen y Axion desandaron su aumento original y lo acotaron, para quedar en línea con YPF. Un viernes habían aumentado y, entre lunes-martes, ya lo habían bajado.
La “migración” de clientes de las marcas (Shell, Axion) hacia la que había aplicado un incremento menor (como YPF) fue más notoria que en otras ocasiones, observaron entre las compañías. En una de las empresas acusaron una caída del 30% en las ventas, de clientes que se iban hacia YPF.
La reacción de los consumidores alimentó la intención del Gobierno de pedirle a las petroleras una rebaja. Según estiman en las empresas, esa posibilidad es “complicada” en el gasoil, que todavía está rezagado con respecto a la “paridad de importación”.
Los datos que manejan las petroleras para noviembre es de cierta estabilización en las ventas. El piso de octubre se habría recuperado. El rebote es tenue, y se sigue evidenciando de mayor manera en los combustibles “súper” más que en los premium.
Por Martín Bidegaray
Clarín
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