Entre 2015 y 2016, la extracción de petróleo cayó un 2% la Neuquina y un 5% la del Golfo San Jorge. Al adentrarnos en 2017, el primer cuatrimestre registra desplomes interanuales del 7,6% para la primera y del 8,9% para la segunda
El 89% del crudo refinable provino, en 2016, de las cuencas Neuquina y Golfo San Jorge. Básicamente hablamos de las provincias de Santa Cruz, Chubut y Neuquén. Pues bien, a la hora de analizar los recientes aumentos de los combustibles -las naftas que pagamos son ya las segundas más caras de América Latina, detrás de Uruguay-, evaluar qué sucedió con el petróleo extraído en el país de calidad refinable constituye un primer paso obligado. ¿Qué sucedió entonces? Entre 2015 y 2016, cayó un 2% la Neuquina y un 5% la del Golfo San Jorge. Al adentrarnos en 2017, el primer cuatrimestre registra desplomes interanuales del 7,6% para la primera y del 8,9% para la segunda (Ver imagen 1).
Y señalar esta involución es más que importante, porque mientras los volúmenes totales procesados de crudo nacional caen, los de crudo importado suben. Solo para tener una idea: entre los primeros cinco meses de 2017 e iguales meses de 2015, el total de crudo procesado de origen extranjero ascendió un 74% (Ver imagen 2).
El desplome de la producción argentina de petróleo refinable es alarmante y permite explicar los cambios en el procesamiento de crudo de acuerdo a los volúmenes importados y locales en el mix de refinación. Debe agregarse, asimismo, que los combustibles importados también aumentan: durante los primeros cinco meses de 2017 fueron un 40% superiores a los de igual período de 2015.
En esta “extranjerización” de los insumos requeridos por el parque de refinación local, sumado a la compra de mayores combustibles de origen extranjero en un mercado interno en retracción reside la explicación de tener precios de los combustibles indexados al dólar y a costos que no son los argentinos (y que son mucho más elevados). Por supuesto que no se trata de un error, sino de una decisión política de parte de las autoridades del grupo de empresas que controlan el Ministerio de Energía.
No existe el más mínimo beneficio para el país y para los consumidores en extranjerizar el segmento de la refinación y los combustibles como se está haciendo, pues la Argentina puede tranquilamente autoabastecerse. Por el contrario, vemos que desde diciembre de 2015 a la fecha ese objetivo se aleja a pasos agigantados.
Por Federico Bernal, director del Observatorio de la Energía, Tecnología e Infraestructura para el Desarrollo (OETEC)
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