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Para que no aumenten, el dólar y el petróleo deben mantenerse estables. Por la caída del precio del petróleo entre octubre y diciembre, YPF bajó el lunes; Shell, el martes, y Axion, el miércoles. Un promedio del 1,2%

Luego de un año con fuertes incrementos, el precio de los combustibles no sufriría subas hasta marzo, cuando se aplique el ajuste del componente impositivo correspondiente al último trimestre del año pasado.

Esto ocurre luego de dos pequeñas bajas en diciembre y en enero, de un promedio del 1,5 y el 1,2 por ciento, respectivamente.

Para que el “congelamiento” ocurra, se deben dar dos condiciones (no menores, por cierto): que el dólar permanezca estable (o aumente paralelamente con las bandas de flotación que determinó el Banco Central) y que el petróleo no vuelva a los valores de septiembre, cuando el barril tocó el techo de los 85 dólares por barril para la variedad Brent. Ayer cerró a 62.

Para Raúl Castellano, secretario de la Cámara de Empresarios del Combustible, enero y febrero deberían ser dos meses “tranquilos”, sin cambios “significativos en el precios de los combustibles”.

Castellano argumenta su estimación en que el precio del barril bajó lo suficiente como para formar un colchón que compensaría las subas paulatinas del dólar y de los biocombustibles.

El mercado está desregulado desde octubre de 2017, cuando el entonces ministro de Energía Juan José Aranguren liberó los precios del llamado “barril criollo”, que funcionaba como un corsé para los valores de venta al público a partir de un precio de referencia fijo al que compraban el crudo las refinerías locales.

Esa liberación coincidió con el comienzo de una fuerte escalada en el precio internacional del crudo, lo que hizo que los valores en surtidor entraran en una espiral ascendente. En 2018, la súper aumentó 13 veces en Córdoba, acumulando un 62,7 por ciento. El gasoil premium, 77,6 por ciento.

El fin del “verano” para los automovilistas coincidiría con el climático, ya que el 1º de marzo operará la suba de los tributos que inciden en el precio: el Impuesto a la Transferencia de Combustibles (ITC) y el Impuesto al Dióxido de Carbono (IDC).

Son montos fijos por litro que se ajustan de acuerdo con la suba del índice de precios al consumidor (IPC). En este caso, será por el del cuarto trimestre de 2018.

En ese período, la inflación rondó el 12 por ciento, estimando una tasa del 2,7 para diciembre (dato que se conocerá el martes). Esa suba del IPC impactaría en alrededor del cuatro por ciento en el precio de venta de los productos.

Según el último cálculo de Economic Trends, que analiza el mercado para la federación de estacioneros (Fecac), la suba hasta junio acumularía un 25 por ciento.

Por Pablo Petovel
La Voz