z.system – Sistema de facturación, administración y contabilidad para estaciones de servicio – Control de surtidores Gilbarco y Wayne

La venta de combustibles en general cayó en promedio un 1,5% en lo que va del año. Según los estacioneros, sólo el diesel acumula una merma del orden del 12%. En Cambiemos aseguran que la cercanía de los comicios atenta contra toda recuperación económica. Las naftas subirían 3% en próximas semanas

En el sector del expendio de naftas predomina una certeza: la economía no arranca y, producto de ello, la situación en las estaciones de servicio se encamina a un resultado negativo peor que el del año pasado. Para colmo, la cercanía de los comicios de octubre amenaza aportarle más frío a una actividad que ya sufre el titubeo de segmentos clave como la industria y el agro.

“Si el 2016 fue un año duro, este se está volviendo imposible de sortear para la mayoría de los puntos de venta. Lo peor es la negativa del Gobierno a reconocer que todo está parado. Y que, de haber ocurrido, los brotes verdes tan promocionados terminaron por secarse”, indicaron desde la Cámara de Empresarios del Combustible (CEC).

Esta posición encuentra sustento en relevamientos como el expuesto hace muy poco por CECHA, la confederación que nuclea al grueso de los expendedores de la Argentina. En un trabajo que aborda el rendimiento de las estaciones de servicio en la primera parte del año, la organización señala que la venta de combustibles bajó más de 1,5% respecto de 2016 con énfasis en la baja del gasoil grado 2 -el más común-.

Así, y siempre de acuerdo a CECHA, la demanda de este combustible cayó 12,2% en lo que va de 2017 respecto del período anterior.

A tono con esto, un informe del Centro de Estudios de Servicios Públicos y Privados (CESPUP) al que accedió este medio, reafirma esta baja y coloca a las provincias de Buenos Aires y Santa Fe como las plazas donde más se profundizó el declive constatado.

Señala, además, que el derrumbe del combustible grado 2 es un síntoma del freno económico dado que “representa el 80% de las ventas totales (del producto diesel) y es el que se utiliza mayormente en el transporte y las actividades económicas. Por esta razón, los niveles de venta se correlacionan con la actividad económica”.

Respecto de la nafta súper, CESPUP afirma que la venta aumento 4% en Capital Federal pero en la provincia de Buenos Aires cayó 1%, y que en las territorios sobre todo en el Sur de la Argentina la merma superó el 4%. Para CEC, en cambio, el consumo de dicho combustible ostenta una caída general de casi un 2%. En todo caso, no hay dudas de que la comercialización se mantuvo a la baja hasta ahora.

En el entorno del ministro Juan José Aranguren reconocen el parate que desnudan los monitoreos en los surtidores pero, antes que atarlo a las decisiones políticas tomadas por el macrismo, los especialistas del oficialismo vinculan el escenario a una incertidumbre originada en la cercana contienda electoral.

“No hay un despegue porque el crecimiento fue lento el año pasado y este tiene el condimento de la elección de octubre. Quienes controlan los principales resortes de los ciclos productivos volvieron a poner frenos ante la posibilidad de que vuelva el populismo”, comentó Emilio Apud, asesor del Gobierno y actual director en YPF.

El analista sostuvo que las decisiones tanto del campo como del sector agrícola “están atadas a lo que ocurra en octubre”, y anticipó una caída superior en la actividad económica si el Gobierno no se alza con una victoria.

“Si no se apuntala a esta gestión con resultados en las urnas, se caerán las inversiones. La sola idea de que puedan volver quienes llevaron a cabo la gestión anterior puso en suspenso el crecimiento que suponíamos para este año. La Argentina está en situación de post operatorio de la que está saliendo muy lento y con el peligro de que retornen quienes nos enfermaron”, disparó.

Complicación sostenida
Contrarios a lo que sostiene Apud, en el segmento del expendio separan el proceso electoral venidero de los números negativos de la primera parte del año.

“No hay una recuperación ni mucho menos. Y venimos de un período complicado para todas las estaciones de servicio como fue el 2016. No ha habido un cambio significativo en términos positivos como se decía. Atravesamos meses como febrero en el que, en general, la venta de combustibles llegó a caer hasta 4,5%”, sostuvo Raúl Castellano, referente de CEC.

“Como algo particular de la actividad, vale decir que las estaciones de servicio se están viendo afectadas por las opciones de venta directa que están implementando las petroleras. Eso hace que, por ejemplo, varios empleados del campo hayan dejado de comprar en los surtidores”, agregó.

Desde CECHA su secretario, Oscar Díaz, señaló que ni siquiera el incremento del parque automotor se hace sentir en la demanda de combustibles. “Si bien las estaciones de servicio más golpeadas son las que ponen mucho foco en la comercialización de diesel, en general todas muestran el impacto de la menor actividad económica. Antes el escenario era de faltantes, ahora no se sabe qué hacer con tanto combustible”, dijo.

Según Díaz, la baja de precios que alcanzó a los surtidores hace un trimestre tampoco operó a favor de la venta de naftas. Y ese es otro indicador que confirma la quietud de la economía en general.

“Los valores son bajos y quedaron incluso desfasados para la rentabilidad de los expendedores. El sector está expectante respecto de las medidas que pueda tomar el Gobierno para recuperar las finanzas de los puntos de venta. A diferencia de quienes venden GNC, que hoy están en una situación casi terminal, entre los vendedores de naftas hay confianza en que tomarán medidas para evitar los cierres de estaciones”, expuso.

Aumento en puerta
Aunque en las últimas horas trascendió que el Gobierno aplazaría cualquier aumento en los surtidores hasta después de las elecciones de octubre, entre los expendedores prevalece la idea de que el precio de las naftas subirá en el transcurso de julio.

Muy cerca de Aranguren también avalan esta posibilidad. En ese sentido, Apud argumentó que “tras seis meses sin retoques hacia arriba, y con empresarios que vienen sufriendo una inflación del orden del 10%, lo más lógico es que se aplique una suba en próximas semanas”.

“La modificación no será superior al 3%. La última decisión para el sector, impuesta hace tres meses, fue bajar el precio de las naftas. El contexto actual es diferente y lo real es que para la industria lo más saludable es quitarle todos estos precios que hoy resultan ficticios. El principal financiamiento que hoy tienen las petroleras es el consumo doméstico. Hay que retocar ahí por el bien de todo el sector”, enfatizó.

Si bien Apud reconoció que aplicar un incremento previo a las elecciones “no es lo más conveniente” en términos de estrategia política, el especialista remarcó que la estabilidad de toda la cadena de los combustibles depende de “una mejora en los precios en las estaciones de servicio”.

De aplicarse la suba del 3% anticipada por Apud a iProfesional, el litro de nafta súper comercializado por YPF en Capital Federal pasará a costar casi $19. Por su parte, el gasoil grado 2 cotizará unos 16,8 pesos la misma unidad.

Por Patricio Eleisegui
IProfesional